El tema se aborda desde las marcas, textos, signos, símbolos y mensajes en diferentes partes del centro histórico, una estética comunicativa de acción directa contra el imaginario social establecido en Popayán como “ciudad blanca” y, además, porque plantea la pregunta cuál es la manera en que el mensaje es percibido por los diferentes actores sociales de este espacio público, y si realmente causa en las personas que frecuentan este espacio como estudiantes, vendedores callejeros, habitantes del sector, transeúntes y empleados públicos un efecto a favor o en contra en su percepción sobre estas formas de modificación y expresión sobre el espacio público que los rodea.
Los públicos que queremos alcanzar en una primera instancia son las personas, ya sean niños, jóvenes o adultos que frecuentan el sector histórico de la ciudad de popayán, trabajadores informales, formales, estudiantes, universitarios, padres de familia, entre otros. Ya que son los que habitan este espacio y están en constante contacto con las diferentes formas de expresión del arte callejero en la ciudad de Popayán. .
Por medio de nuestras extensiones, brindaremos a estas personas que caminan por las calles en diferentes horas del día, al ser el centro histórico fundamental para dinámicas sociales, económicas y culturales que se dan en la ciudad , la posibilidad de cuestionar y pensar el espacio en el que se relacionan y los vestigios coloniales que se mantienen y se reflejan en las fachadas de la ciudad. .
En diferentes escenarios físicos y digitales concurridos en Popayán podremos encontrar exposiciones fotográficas, documentales, escritos, podcast, video interactivo, entre otras herramientas, que nos permitirán que el espectador reconozca su espacio, si no lo ha hecho ya y además se lo cuestione. .
Shovak es una artista urbana de la ciudad de Popayán. Te invitamos a conocer su historia y su perspectiva sobre el arte plasmado en las calles.
Sx es un grafitero que pinta los muros de nuestra ciudad con grandes piezas gráficas. Conoce cómo selecciona las paredes perfectas para pintar.
Ela fue una muralista activa durante el estallido social del año 2021, organizadora de las jornadas de pintura en el muro de 300 metros ubicado en la avenida de los estudiantes en Popayán.
La edición 1 del fanzine de Lienzo Sucio, encontrarás una breve descripción y contextualización de lo que es el graffiti y donde se originó este tipo de arte callejero.
En está segunda edición encontrarás fotografías de algunos graffitis, realizados en el centro de Popayán, además estarán acompañados de textos que explican la importancia del graffiti en la ciudad y la intención comunicativa con que se realizan.
La tercera y última edición del fanzine enseñará algunos estilos de tipolografías que existen en el mundo del graffiti, y describe cada una. Cada graffitero define su personalidad y enfoque a la hora de plasmar sus graffitis, al elegir una de las tipolografías existentes para escribir los mensajes en las paredes.
Doña Marina es una mujer que vende dulces en el centro histórico de la ciudad de Popayán, tiene un pequeño puesto de no más de un metro de ancho por largo, además de una banquita en la que se sienta para poner los dulces que vendé sobre sus piernas.
- Eso se ve muy feo, yo prefiero buscar otro lugar donde hacerme -. Fue lo que me dijo en medio de una conversación, después de que le preguntará qué ¿Por qué no le gustaba hacerse donde hay grafitis?
Con el paro del 2019 y con la llegada del COVID-19, Popayán se volvió un territorio tenso, el centro histórico era un espacio de confrontación entre los estudiantes y una gran parte de la ciudadanía, contra el ESMAD..
Aquí no había pandemia, ni aislamiento que impidiera el estallido social que se gestó, pues las calles y las paredes blancas que estaban manchadas, hablaban por sí mismas del caos.
“Yo salgo y escribo lo que se calla en las paredes de la ciudad” “Las paredes no son blancas, están tapando la m*erda que hay aquí”.
“Sí no nos escuchan, que nos lean”
Hay cosas de las que uno no puede hablar en el Cauca, las montañas guardan en sus entrañas la sangre derramada por generaciones de nuestros hermanos campesinos, afros e indígenas.
Pero en Popayán las paredes tienen memoria y voz de protesta, porque no hay nada más gratificante que un lienzo blanco de historia que pide a gritos ser pintado de a colores, de a líneas y con la verdad.
El espacio habitado se significa, se transforma y se colorea. Una silla vacía a media noche puede ser dotada de sentido por la necesidad de un artista de dejar su huella, su marca y sus pensamientos.
Lo que no se entiende, se analiza, se cuestiona, se discute y se respeta, porque hacer de lo personal, público y político, es un llamado a la crítica colectiva en un espacio donde la más mínima raya termina siendo un delito grave, mientras que matar, robar y oprimir al pueblo son pañitos de agua tibia. .
Que no se nos olvide que la ciudad blanca y casta fue tierra de esclavos, el puente del Humilladero:
Hablamos por los animales, ya que ellos no se pueden pronunciar, exigimos por sus derechos por medio de las representaciones estéticas que son el medio visible que pintan nuestros deseos.
“No están para nuestro uso y disposición”, “no seas parte de una cultura de opresión”. ¡Respeta a los animales! Que hablen las paredes, que hablen las líneas, que hable el color y que pare su dolor.
El buscar algo que nos represente es una necesidad humana, ya sea, por medio de algún arte, deporte o actividad, aquí, la ciudad y su señalética es un territorio urbano lleno de signos y huellas, que hacen que el lugar habitado se signifique. Lo que para muchos es un rayon que daña y arruina la buena estética de las calles de la hidalga Popayán, para el artista se convierte en un espacio de significados, donde se plasma su esencia a través de un tag que en sí mismo muestra su estilo propio..
La flecha a la izquierda lleva vestido un alter ego, tiene el rastro plasmado de una mano amiga.
Aquí hay una extraña fascinación por las paredes blancas, tanto que parecían intocables, como si por medio del color se pudiera reflejar la pulcritud de las personas que habitan en la ciudad.
Mancharlas incómoda, fastidia e irrita a muchos de sus habitantes, tanto que, en ocasiones, de forma “voluntaria”, un grupo de personas unen sus esfuerzos para pintar y mantener el centro histórico de la ciudad intacto y en armonía cromática, al igual que sus conciencias.
Los escombros y el deterioro de las paredes son huellas del paso del tiempo que se hace inevitable.
La pintura y lo que aquí se escribe son huellas del habitar humano sobre esos escombros, el espacio se moldea y se transforma según sus condiciones y su contexto, somos criaturas andantes que dejamos marcas por donde pasamos, no es un espacio intacto, es un espacio vivo, que se modifica, se explora y se reutiliza.
Somos las semillas de generaciones que aquí han caminado, fuimos pasado, ahora presente y pronto futuro, somos tejido de muchas manos, de muchas voces, de muchos pueblos, somos color en medio de la tristeza, una sonrisa en medio del llanto, somos una nación de raíces perdidas que escudriña en sus entrañas tradiciones extintas, por eso, contamos nuestra historia por medio de la imagen, nos representamos y significamos en ella para no olvidar.
Nos empezamos a cuestionar el sentido de la justicia cuando se vuelve un crimen de mayor gravedad rayar una pared sobre la vida y la dignidad de una persona. Para alzar la voz y ser escuchado se vuelve necesario caminar entre las sombras, marcar lo más preciado y en donde siempre están puestos los ojos, en esta ciudad ese símbolo intocable son las paredes.
Para muchos es una mancha, un pedazo de pintura sin forma, sin sentido, que ensucia el espacio y lo afea, el resultado de un vándalo que sólo quiere vandalizar la ciudad.
Me tocó salir a media noche me dijo, porque es mucho más seguro y tranquilo que salir en otro horario, uno corre menos peligro de que lo atrapen.
Él prefiere que lo roben a que lo coja la policía, porque puede que lo “desaparezcan o lo golpeen”, mientras que, si lo roban, solo se le llevan las latas con las que anda.
Visibilizar por medio de una estrategia transmedia la práctica del graffiti, muralismo, stencil, empapelado y stickers en el centro histórico de Popayán.
-Generar una recopilación de fotografías, productos sonoros, gráficos y audiovisuales de las historias y actividades de arte callejero en el centro histórico de Popayán.
-Analizar las intenciones de expresión en torno a las distintas formas de arte callejero plasmadas en las paredes del centro histórico de Popayán.
-Sensibilizar mediante la participación e interacción de los y las habitantes de Popayán, la percepción de las distintas formas de expresión en las paredes del centro histórico de Popayán.
El manejo limitante del discurso estético local en las paredes de Popayán ha generado un serio control social, legal, cultural y mediático sobre ellas por parte de la administración municipal, la ciudadanía y los medios de comunicación local. Podemos incluir que dentro de estas prácticas de control, se encuentran leyes sobre el patrimonio histórico, que legitiman a Popayán como la ciudad blanca de Colombia, haciendo de esta una zona esencialmente turística y de conservación de la historia colonial como en el decreto 2248 de 1996 que explicita la obligación de una serie de permisos para transformar o intervenir las paredes y la infraestructura del centro histórico, como creando en relación a esto, por parte del poder hegemónico, un marco de ilegalidad hacia las expresiones callejeras plasmadas en las paredes.
Esto a su vez choca directamente con las formas de expresión en las paredes, que lo que buscan es a través de diferentes técnicas como el graffiti, el esténcil, las pegatinas, el empapelado, y el muralismo, comunicar un mensaje, moviéndose así bajo un marco de ilegalidad, plasmando en ellos denuncias sociales, símbolos o ideas de forma individual o colectiva. El Centro Histórico de Popayán cuenta con alrededor de 236 manzanas pintadas de blanco, dentro de las cuales encontramos edificios, casas e iglesias de gran importancia de conservación histórica y sociocultural como el edificio de la gobernación, la iglesia de San Francisco, la iglesia de Santo Domingo, y la iglesia de la Ermita..
Son estos lugares también, un espacio para que las distintas personas que hacen uso de las expresiones como graffiti, muralismo, stencil o empapelado en las paredes dejen ahí un mensaje o forma comunicativa como parte de una propuesta estética ocasionalmente contestataria frente al imaginario colectivo impuesto por parte de los medios de información locales, la administración local y cierta parte de la sociedad sobre estos espacios públicos.
El tema se aborda desde las marcas, textos, signos, símbolos y mensajes en diferentes partes del centro histórico una estética comunicativa de acción directa contra el imaginario social establecido en Popayán como “ciudad blanca” y, además, porque plantea la pregunta cuál es la manera en que el mensaje es percibido por los diferentes actores sociales de este espacio público, y si realmente causa en las personas que frecuentan este espacio como estudiantes, vendedores callejeros, habitantes del sector, transeúntes y empleados públicos un efecto a favor o en contra en su percepción sobre estas formas de modificación y expresión sobre el espacio público que los rodea..
Paredes con memoria
Vale la pena recordar lo que nos ocnstruye
Si la voz del pueblo no es nuestra, las calles si.